PINTAMONAS FURTIVOS

No tienen remedio. Hacen lo que les viene en gana, pintan donde quieren, firman donde les pilla y estampan su logotipo hasta en las mismísimas narices de cualquier autoridad competente y a cualquier hora del día o de la noche.

Los “muchachos” a los que me refiero, cada vez que utilizo este apelativo de pintamonas, son bien conocidos de la mayoría de los ciudadanos de este pueblo. Basta con salir a la calle y preguntar por esa pandilla de desocupados, protegidos por las tetas maternas y amparados por los ovarios paternos que, con la disculpa de ¡angelicos!......¿si el Ayuntamiento no les da un sitio para expresar su arte?...........nos están dejando las fachadas, los cristales y las puertas, llenas de sus escatológicas firmas y logotipos del gato loco, amasados con mierda with love.

Lo malo es que no sólo lo hacen en lugares más o menos visibles, donde se juega con la complicidad del escondite...¡no señor! ...ya se atreven a dejar su impronta caligráfica en el mismísimo centro de la ciudad, a la luz de todo y de todos, por ejemplo, en los nuevos contenedores soterrados que hay en el puente de levante. Todo un lujo de firmas, una gran tentación para los artistas del rotulador gordo y el spray, que aún encima, bautizan con el nombre original de “pota” (vómito)......

A lo peor resulta que me estoy excediendo en mis elucubraciones y estoy pasando por el rastrillo del cáñamo lo que apenas si es una somera señal de otras “POTAS” que igualmente estamos soportando a diario y que nos hacen pasar por desapercibidas.

Quizás, las potas (con minúscula) sean una especie de pandemias gripales que no se marchan y menos ahora que están tan de modé y por muchas redadas vacuna que se les coloque, siempre saldrán las mutantes de turno para sustituir a las desaparecidas o simplemente, cambiarán de nombre y logo después del apercibimiento teatral del sistema.

Las POTAS (con mayúscula) son más difíciles de exterminar pues esas se hacen con la connivencia del que manda, bajo sus auspicios y sin importarle un carajo las consecuencias sobre los núcleos de influencia que les rodean. (¡toma ya definición medioambiental!).

La lista de POTAS en Orihuela es bien conocida por todos aquellos que salen a la calle y les duele en sus hígados el mal gusto de lo que se ve y se dice restaurado, recuperado o simplemente remodelado: (plaza de Alfonso XIII; plaza del Carmen; Plaza de Monserrate etc...) por no nombrar algunas cosas ya desaparecidas por obra y gracia de algún gilipollas que con una visión de futuro (vender la gasolina para comprar el coche) hizo desaparecer, por ejemplo: el arco de final de la corredera y varios arcos más, por decir algo.

En resumen, que me lo veo muy difícil, pues si con las “potas” no pueden las autoridades y se las colocan en sus propias narices, ¿como van a solucionar las “POTAS” en las que ellos mismos intervienen?