LEANDRO ROLDAN. Síndico del Oriol 2009

Cuando a lo lejos se ve marcada tu figura elegante y guerrera, investida de color y fantasía, en un fuego exultante que deslumbra, todos los ojos permanecen  estáticos, sin apenas pestañear, porque la cámara lenta de tu vuelo, más que paso, nos descubren tu figura, la figura de Leandro.

Esa majestad que derrochas por todas tus fisuras, es algo que no se aprende, es un privilegio con el que se nace y con el que se extingue la arrogancia, para dejar paso a una prolongada sucesión de movimientos armónicos que embelesan a quienes lo contemplan.

Así te he visto desfilar siempre amigo Leandro y así permanecerás siempre en ese discreto rincón de mis recuerdos que guardo con las llaves de mi corazón.

Hoy eres Síndico del Oriol, Ilustrísimo Señor y Testigo presencial de nuestra Orcelis en todo el reino y yo, permíteme esta licencia, me siento como algo tuyo, como ese diminuto suspiro de amor que llevarás en tu garganta, cuando tengas en tus manos la Gloriosa Enseña, ese trozo de algo muy nuestro por lo que hemos luchado y seguiremos luchando tanto y tanto.........

La Fiesta, nuestra Fiesta, aquel hijo que creamos pobres de conocimientos, pero que criamos llenos de ilusión, ya es mayor de edad y nos pide que le escuchemos, que le pongamos toda la atención que se merece, que no le abandonemos nunca. Pero estoy tranquilo, estamos todos tranquilos, porque todavía quedan hombres como tú que sabrán llevar la dignidad de nuestros símbolos con la honradez y con el prestigio que se merecen.

Estoy completamente seguro que nuestra Orcelis, se llenará de orgullo y en todos los ojos brotarán esas lágrimas sinceras salidas del corazón de miles de oriolanos, cuando desde el balcón y por las calles de la ciudad, lleves con total merecimiento a nuestro Oriol.

Leandro, permíteme ese día, un rinconcito en tu corazón.

Un abrazo.