¿Y AHORA QUIEN LLEVARA EL ORIOL?
Hay cosas que, como la misma ley de la gravedad de Isaac Newton, se caen por su propio peso.
El protocolo de nuestra gloriosa Enseña del Oriol, nos dice desde siempre, que “solo se inclinará ante Dios y ante el Rey” y da la casualidad o lo que sea, que vamos y le ofrecemos el “encarguito” de Síndico a su Majestad. ¿Y ahora que?...¿cómo se le arreglará SM para no inclinarse ante nuestra Enseña, si es ella la que debe inclinarse ante él?...¡menuda incongruencia!.
Pero no contentos con eso, se piensa al mismo tiempo en la figura de nuestro insigne poeta (que no nombraré por si tengo que pagar royalty) y la pregunta sigue siendo la misma: ¿quién portará la Enseña del Oriol? Y algunos dicen que lo haga su santa nuera o algunos de su descendencia. Vamos, que nuestro Pájaro está a punto de salir al balcón de la Casa Consistorial y no hay quien lo saque.
El problema (otro absurdo más de la cuestión) está en el ofrecimiento de segundo o tercer plato a la dignísima persona o personaje, que se atreva a cargar con semejante “Embolao”.
¡Pero qué ridículos somos!....así nos va en este pueblo, perdón “Gran Ciudad”.
Miren, para cualquier oriolano que se precie de serlo, para cualquier ciudadano de esta tierra, desde la humildad más profunda, tener el honor de llevar el Pájaro Oriol y ser su portador como Síndico, es algo que debe enorgullecerle, sin detenerse en segundos, terceros o cuartos platos, que no hacen otra cosa que demostrar la soberbia más absurda y la vanidad de más baja ralea, que lo convierten en un ser despreciable e indigno de llamarse ORIOLANO.
El Oriol no conoce de prioridades, ni de luchas intestinas por colgarse medallas. El Oriol es nuestro emblema, aquello que representa nuestra propia identidad y que no puede ni debe ser mancillado por pugnas partidistas de un color o de otro.
El Oriol es algo más que todos aquellos que intentan ridiculizarlo con su menosprecio y nadie, nadie tiene derecho a ponerlo en tela de juicio, ni a lanzarlo al aire para jugarlo al mejor postor.
Dejemos ya de hacer cábalas sobre la Sindicatura y agachemos la cabeza, doblando la rodilla y con la mano en el corazón, rindamos pleitesía y nuestro respetuoso cariño, a quien nos hace soltar una lágrima sincera, cada noche del 17 de julio.
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