USTED PRIMERO SEÑORITA...........
Hace tan solo unos días, cuando todavía no nos hemos quedado tranquilos a meditar los trajines de la Semana Santa y las vestas, capirotes y demás elementos que componen esa parafernalia externa de la misma, siguen colgados en los percheros y puertas de armarios, nos destemplamos con la terrible noticia de que una niña de trece años, ha sido asesinada en una pelea premeditada, por otra de su misma edad y posteriormente arrojada al interior de un pozo, con alevosía o por accidente, lo mismo da.
Sin querer recordar, pero vencido por la crueldad de la memoria más reciente, aparecen imágenes semejantes de muchas niñas más, de otras peleas entre adolescentes en los mismos colegios, de grabaciones y colgaduras en Internet con semejantes aberraciones y de una jauría humana que, a sus pocos y cortos años, se ha convertido en una masa ingente de locos.
La pelota está en el tejado y nadie quiere apoyar la escalera para subir a recogerla. El resbalón puede llegar a ser catastrófico, pero si no lo intentamos, jamás llegaremos a subir. La verdad es que no se si estaremos a tiempo y al final podamos encontrarnos con una pelota pinchada y sin capacidad de recuperación, aunque pensemos que estamos hablando de seres humanos, que piensan, que sienten, que sufren y en definitiva, que puedan reaccionar resucitando al tercer día, como lo hizo Jesús.
Uno, que por la edad y por la experiencia de más de treinta y cinco años en la enseñanza, puede decir que ha vivido todo este período de transformación de la juventud y hasta casi me atrevería a afirmar, que más de uno, nos hemos dejado la piel en el camino, intentando desviar determinadas normas impuestas por las distintas camadas de burócratas, que se empeñaron en modificaciones absurdas y correcciones de normas de conducta inadecuadas, digo: uno y más de uno, fuimos tachados de exigentes, carcas, fachas y otras lindezas por el estilo, cuando exigíamos que las aulas fueran templo sagrado de la enseñanza, de la educación y de los buenos modales; que el trato con el profesor fuese siempre de “usted”, que la cortesía entre compañeros fuera tan necesaria como el aire que respirábamos, que las señoritas se distinguieran por su “feminidad” más que por su “feminismo”, que el vocabulario no hiriese las cordiales relaciones humanas entre chicas y chicos. Cortesía, discreción, buenos modales y un trato correcto entre profesor y alumno que dentro del aula, tendría que magnificarse, simplemente por el bien preciado que recibimos con la enseñanza y la figura que representa el profesor y el maestro dentro del aula.
Aquellas normas pedagógicas de las “Reformas” educativas, unidas a las famosas e incomprensibles Matemáticas Modernas (desaparecidas después del fracaso g.a.d.) y a otras muchas modificaciones y desapariciones de disciplinas académicas, tan necesarias a posteriori, fueron un grano más de arena que formaron el granero actual.
He visto como vociferan impunemente y sin que nadie pueda corregirlas o reprender a las señoritas en los patios de los colegios, he podido comprobar el apestoso vocabulario que utilizan, he presenciado sus gesticulaciones poco ortodoxas, ni de niñas de su edad, ni de señoritas de mayor calvario, .......y se me va la memoria inconscientemente a aquellos años en los que se les cedía el asiento a las damas de cualquier edad o condición, se les saludaba con cortesía en los paseos, se las invitaba a tomar el lado interior de las aceras y hasta se les ofrecía el brazo (según la edad) para cruzar la calle.
Miren, yo no creo en los daños colaterales, así que, con toda la satisfacción que me produce, como profesional de la enseñanza, que la mujer haya llegado a la inmensa mayoría de las profesiones que antes estaban reservadas a los hombres, yo seguiré defendiendo aquello de: ¡usted primero señorita....!
2 comentarios
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ni a Arturo Pérez Reverte ( a quien sí leo y admiro por su valentía en decir las cosas sin esconder el tipo). Creo que me avala la experiencia que tengo
de tantos años como profesor, dedicado a la enseñanza y si hay alguna coincidencia con Reverte y Cela, será eso...coincidencia o similitud de criterios.
Repito: muchas gracias por su atención, al leer mis artículos.
Jose Campos -
Saludos de Campos