CARTA ABIERTA A TU PUEBLO Y EL MIO
A todos aquellos que, honradamente, puedan colocarse la mano en el corazón. A quienes de verdad, se sientan invadidos de esa fuerza interior que, en ocasiones, hace morderte los labios y tragar sin explicaciones convincentes, toda la mierda que segrega la envidia, el despecho, la ambición disfrazada y el revanchismo inculcado por las corrientes de moda. A quienes soportan el insulto, la vejación, las falsas acusaciones y el desprecio de aquellos que son capaces de escupir y vomitar miserias bajo un pseudónimo cobarde.
A los oriolanos de verdad.
Dicen que Orihuela se nos muere y quienes lo dicen, son capaces de escribir en los medios públicos, todas las negruras del mundo, bajo un pseudónimo, para de esta forma, poder triturar a quienes nos gobiernan, a quienes intentan gobernar y a quienes supuestamente apoyan al gobierno, escondidos en sus cuevas.
Dicen estos mismos catastrofistas, profetas de la ignorancia, que la culpa la tienen “los curas, las monjicas, los enfermos de alzeimer, los dementes seniles, los retrasados mentales y un largo etc de personas semejantes” que son llevados a las urnas de la mano de los del PP para conseguir más votos. (La Verdad 15-11-09)
Dicen que el hundimiento de Orihuela es debido a ciertas empresas que la están llevando al caos, y las mencionan con sus nombres y apellidos, escondidos, claro está, en sus pseudónimos.
Dicen y dicen tantas cosas que, me apena pensar en tanta rabia y en tanta energía perdida o mal canalizada.
La anterior generación a la nuestra cometió la torpeza de soltar y desbocar esa rabia incontrolada, enfrentando a hermanos contra hermanos, para caer en situaciones de odio y venganzas de las que hoy, debemos desterrar su recuerdo.
Si hacer daño es malo de por si, todavía es peor hacerlo a traición, por la espalda y bajo la capucha oculta del pseudónimo.
No admitamos el chantaje, la animadversión, los rumores, incluso las evidencias, cuando estas no vengan reflejadas a cara descubierta. Lo otro, es pura cobardía. No me vale la excusa de saber nadar y guardar la ropa, cuando el nadador tira la piedra y esconde la mano.
Que Orihuela no va bien...hay que estar ciego, sordo y corto de entendederas, como para no verlo, oírlo y comprenderlo. Pero ya comienzo a estar harto de tanta acusación sin alegar remedios, de tanto etiquetado con verdades a medias y por supuesto, de tanta gente que empuja desde la sombra, por miedo a ser descubiertos.
Orihuela necesita de emprendedores constantes que no quieran enriquecerse en dos días, de gente inteligente, que de siempre la cara y de aquellos que se olviden de las barbaridades de otros tiempos, empleando la memoria en un presente que, bien remodelado, puede llegar a ser el futuro de nuestro pueblo...de tu pueblo y el mío..de este pueblo que, a muchos, nos escuece en el alma.
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