ROBADOS INDEFENSOS Y CALLADITOS.......

 

Hoy nos hemos levantado en Orihuela, con la desagradable sorpresa de que unos “Profesionales de lo ajeno” han reventado varios pisos y se han llevado cuanto han pillado, con la más absoluta de las impunidades y disponiendo para ello de todo el tiempo del mundo.

La técnica, muy bien estudiada e impropia de los cacos tradicionales que lo hacen a pecho descubierto y aquellas zonas de fácil accesibilidad, para poder tomar las de Villadiego en caso de peligro.

Estos individuos, por llamarles algo, no actúan así. Estos son verdaderos artistas en la técnica del reventón: guantes de silicona para no dejar huellas, taladradoras o herramientas especiales para romper las cerraduras (aunque sean de puertas superblindadas), un sistema de vigilancia estudiado de antemano con programación previa del atraco, Unos objetivos fijados dejando un piso intermedio sin actuar para evitar la transmisión de los ruidos, y por supuesto, una sangre fría y una seguridad en lo que están haciendo, que les permite estar dentro del objetivo todo el tiempo que necesitan y si tienen la mala suerte de encontrar alguna persona durmiendo en su interior, la técnica del spray para prolongar el sueño y si por el contrario están despiertos, la sangre fría y la mala leche suficiente como para neutralizarlos (según su lenguaje) aunque sea per in saecula saeculorum amén...¡qué más da!

Después viene lo peor, pues se sabe que esta gente son bandas “paramilitares” perfectamente entrenadas y que actúan con una profesionalidad digna de llevar al cine. Solo pueden venir de un par de sitios conocidos por todos y muchos de ellos estarán a diario entre nosotros, tomando copas y vociferando en las noches tranquilas de verano (o de invierno, da igual), en las puertas de determinados bares y hasta intimidando a las personas pacíficas que ya empiezan a tener miedo de salir por las noches.

Muchos ciudadanos, ya hemos sido víctimas en nuestras carnes o en las de nuestros hijos, de las bravatas y consecuencias etílicas de estos miserables y muchos somos quienes hemos de callar por miedo a ser tachados de racistas y  xenófobos.

Muchos somos los que volvemos la cara atrás cuando estamos abriendo la puerta de la calle de nuestras casas, por aquello de evitar sorpresas.

Y sin embargo, nos seguiremos tragando impotentes, toda la mierda que nos quieran dejar en los rellanos de nuestras escaleras, en los portales de las calles, donde hay que pedir permiso para que le dejen entrar a uno en su propia casa y sobre todo, seguiremos engullendo esos discursos de pluriculturalidad y otras leches, para justificar la inoperancia, el descontrol y el desconcierto de quienes tienen que regular todas estas cosas.

¡Señores!...vaya un ridículo...con razón se vienen aquí a meter la mano en lo ajeno y es que aquí, se está de puta madre: playita cerca, buenos restaurantes, y tela marinera.......

Mientras tanto, lo importante es colocar multas por aparcar mal, o por dejar el coche en segunda fila o por Dios sabe que chorrada.

Y a las doce del medio día, un lunes cualquiera, tres o cuatro pisos reventados, con todo el tiempo del mundo y .........calladito.