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EL BLOG DE TONY JUAN

NO ME QUIERAS TANTO

NO ME QUIERAS TANTO

Dicen que hay cariños que matan y uno, que ya pinta canas desde hace mucho tiempo, no tiene más remedio que reventar por las costuras, despreciando tanto amor, tanta preocupación y tanto velatorio por los intereses de la mayoría. Ejemplos los tenemos a “gavillas” como dirían en nuestra ya extinta huerta y ahora que tenemos recién estrenado el año, voy a refrescar la memoria, aunque se me revuelvan los ámagos, de tanta “mierda” legal.

No hace mucho que obligan a los locales públicos a gastar unos buenos centauros en acondicionar las zonas de fumadores y no fumadores y cuando todo parecía estar ordenado, reglamentado y fetén, van los dueños de la alcancía nacional y prohíben fumar en el interior de dichos locales y en algunos más, hasta en sus proximidades. ¡Es que el tabaco es malo para la salud y produce cáncer.....¡qué coño, ya lo sabemos!....pues dejen de fabricar tabaco y sus derivados, que es más práctico, más productivo y al menos, más honrado. Claro que, si eliminamos este producto de tan dudosa toxicidad, nos condenamos a no ingresar en la mentada alcancía nacional, unos cuantos miles de millones de centauros de los gordos y eso sería imperdonable. ¿De qué vivirían todos los manguis?..sí, esos que se pasan por el arco del triunfo la escabrosa ley de incompatibilidades, cobrando pensiones vitalicias millonarias, junto a nuevos cargos de Direcciones y secretarías Generales, que le suman todavía más centauros por bajo manga y ponen después cara de preocupación, amor al prójimo y comprensión con tildes de angustia para tanto parado, para tanto desahucio de viviendas, para tanta jodienda en general, que favorece a sus “coleguis”, los amos de la ganadería centaura, cada día más ricos e impregnados de una falsa solidaridad, que dan asco. Por favor, no me quieran tanto, que me abruman, que me ponen los pelos como escarpias y eso me saca mis alergias, amén de algún golondrino que otro, en todas las estaciones del año. No me quieran tanto, que me duelen los hígados de placer y me da por blasfemar sin medida ni compás y eso es poco fino.

¿Qué nueva medida de amor al prójimo y de solidaridad con el pueblo, tendremos que soportar ahora?...¿Qué prueba de amor patrio derramará desde el interior de sus entrañas la cúpula de las inteligencias nacionales?. Seguro que de nuevo tendremos aquello que nos merecemos, como se suele decir en estos casos y que la culpa de tanto descalabro será nuestra, que se nos va la mano en cuanto nos dan un dedo.

¿Qué más da?..Que se vayan de una puñetera vez y que no nos quieran tanto, pero que no se lleven esas pensiones vitalicias a sus desorbitadas mansiones, que no acaparen los altos cargos empresariales con millonarios sueldos bajo manga, que dejen algo para este pueblo iluso (iluso de lleno de ilusiones frustradas) que, al fin y al cabo, es quien, con su silencio, con su doblegada espalda y con sus milagros diarios, permite que se llenen las alforjas, no con las sobras, que no las hay, sino con las faltas, que son muchas.

Pero, antes de continuar mordiéndome los labios y apretando los puños de impotencia, un ruego: ¿porqué no dejan en paz de una puñetera vez a los pensionistas que al final de sus vidas, después de haber trabajado rompiéndose el alma , no pueden esperar su fin con la dignidad que se merecen? ¿Qué derecho tienen ustedes a tocarles ni un solo pelo de su comodidad y felicidad final?.....

Ustedes están acostumbrados a echar humo sobre los problemas que provocan...¿cómo lo van a limpiar ahora?....No me quieran tanto.

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